– ¿Cómo entró en contacto con el mundo del arte?
– Con el mundo del arte entré en contacto hace muchos años, y a estas alturas, lo veo como si siempre hubiera estado en él. Siento una enorme necesidad creativa y no entiendo mi vida separada del arte.
– Se le considera un claro exponente del hiperrealismo. Sin embargo, ¿cómo definiría su obra?
– Si bien es obvio que mi trabajo, dadas sus características, se encuadra en el más escrupuloso hiperrealismo, también me gusta definirlo como una pintura urbana y comprometida con el momento actual. Desde luego no pretendo producir en el espectador sólo la sensación placentera de ver algo imitado con una extrema exactitud. En mi obra busco escenas que sirvan de testimonio de las maneras de obrar y desarrollarse de cualquier sociedad. Y más concretamente de la que me ha tocado vivir.
– Dibujo, pintura, escultura y, por supuesto, fotografía. ¿Qué le impulsa a moverse en disciplinas tan diferentes? ¿Con cuál de ellas se siente más cómodo?
– Reconozco que soy un artista inquieto, necesito utilizar e investigar en todas las disciplinas posibles dentro de las artes plásticas. Y referente a la segunda parte de su pregunta, evidentemente en la que me siento más cómodo es en la pintura, aunque el dibujo es mi pasión. El dibujo me permite la creación en mi composición de la imagen básica, así como el manejo de la forma, es la cimentación. La pintura me proporciona el espectro de la propia obra y sobre todo la luz.
– Madrid es una de las grandes protagonistas de sus obras, presentada como si la viera por primera vez. ¿Qué tiene para que le resulte tan atrayente?
– Es una ciudad con una singular personalidad, pero también con unas escenas y personajes que tienen una similitud con cualquier otra gran ciudad del mundo. Sus escenas denotan la idiosincrasia de una metrópolis global y me permiten dar a mi obra un compromiso con la temporalidad en la manifestación artística. Por otro lado, Madrid, cada vez más, es una ciudad carente de tipismo, que ha sido fagocitado por su sociedad poliétnica y polisocial, lo cual procura esas escenas tan urbanas y cosmopolitas, que en definitiva es lo que busco.
– Una de sus características es el manejo de la perspectiva. ¿Cómo la trabaja?
– Evidentemente mediante una línea de horizonte y unos puntos de fuga, aunque en mi trabajo echo mano de un proceso reticular, pues dado que la característica más importante del hiperrealismo es la deformación de la imagen como lo haría un objetivo fotográfico, la perspectiva sola no es suficiente para conseguir el efecto deseado, incluso la mano alzada es importante. Como decía Miguel Ángel: “El ojo tiene tanta práctica que, a simple vista, sin más ángulos o distancias, es capaz de guiar la mano para que representemos lo que ve… pero no de otra manera que situándolo en perspectiva”.
– ¿Cómo afronta el proceso creativo de sus obras?
– En cuanto al proceso en sí, ya he comentado anteriormente los caminos por los que discurro. De la elección de la escena le puedo comentar que sigo un estricto estudio de la misma, recopilando un buen número de documentación, y que después de un arduo proceso selectivo me planteo la forma de atacar en el lienzo.
– Ha recibido diferentes premios y reconocimientos. ¿Qué le suponen? ¿Cuál es el que más valora?
– En realidad lo que más valoro es poderme enfrentar todos los días con mi obra. Los reconocimientos son fruto de los años de profesión y yo ya llevo alguno.
– En un momento de crisis como el actual, ¿cómo se sobrevive en el mundo del arte? ¿El mecenazgo, público o privado, es importante o gana fuerza la independencia del artista?
– Yo creo en la independencia más que nada. Mire la crisis de la que ahora tanto se habla, es una situación perenne en el artista no sólo por el aspecto económico. En estos momentos que corren, es bueno sopesar si la comodidad y opulencia en la que nos hicieron creer es mejor que la disciplina, autocrítica y capacidad de sacrificio que poseemos los artistas. Creo que esta crisis era necesaria y que de ella saldremos fortalecidos.
– Las exposiciones suponen un “examen” en directo con el público. ¿Qué siente ante sus reacciones?
– Tengo que agradecer las gratificantes manifestaciones que sobre mi obra recibo por parte del público. Considero que es el juicio más sincero y cierto que puede recibir un artista.
– Las nuevas tecnologías tienen una clara presencia en sus obras: utiliza habitualmente cámara digital, y ha reflejado el proceso creativo de uno de sus cuadros en su propio blog. ¿En qué medida están influyendo en la evolución del arte actual?
– Evidentemente soy de los que piensan que el fin no justifica los medios, pero también es cierto, y así lo considero, que la finalidad del artista es la creación. Hoy en día tenemos una variedad de nuevas tecnologías que nos ayudan en el proceso de nuestras obras. Evitándonos, algunas veces, largos y complicados pasos. En estos momentos son necesarias y de agradecer su existencia.
– Tras varias décadas dedicado al mundo del arte, ¿cómo cree que ha evolucionado en nuestro país?
– Antes pensaba que una persona, por el mero hecho de mantener un pincel en la mano, merecía un respeto. Hoy, tras muchos años de profesión, creo que el arte merece un gran respeto por parte de todos.
-Considero que existe una gran falta de profesionalidad, no sólo en los que se consideran “artistas” sin serlo, sino también en todo lo que rodea al mundo del arte. Los criterios están impuestos bajo intereses tremendamente subjetivos, económicos y partidistas, carentes de conocimientos sobre algo tan bello, difícil, y sobre todo respetable, como es el arte. Es preciso destruir el saco del “todo vale”.
– ¿Qué les diría a todos aquéllos que están comenzando en el mundo del arte?
– Si tengo que hablarles de mi experiencia, a pesar de la dureza de esta profesión, si regresase a mis tiempos de juventud, volvería a tomar el mismo camino. Debe tomarse como un empeño de fondo, cuya recompensa llega una vez andado un gran trecho. Así que se olviden de las glorias y se pongan a trabajar con honestidad y criterio. Tienen la responsabilidad de ser los artistas del mañana.