METROPOLI. Fiebre hiperrealista

Jose Miguel Palacio

29 de Abril de 2013

 

Trenes de José Miguel Palacio (detalle de ‘Trenes Alstom, serie 100, en estación Puerta de Atocha’), los desnudos pictóricos de Nadav Kander (‘Michael’) y el Madrid monumental de Paula Varona (detalle de ‘Tensión Intangible II’).

Además del Museo Thyssen, otras 3 exposiciones juegan con las obsesiones, intenciones y temas del hiperrealismo y se proponen engañar al espectador: ¿fotografía o pintura?

Entre el calor del público y la tibieza de la crítica, más ‘pop’ que el ‘pop art’ y consagrado a reflejar una realidad superlativa. El hiperrealismo es la ‘sensación’ de la temporada artística (con permiso de la muestra sobre Dalí, en el Reina Sofía, que acaba de debutar) gracias a la exposición retrospectiva, ya superventas, que le dedica el Museo Thyssen.

El retrato compulsivo y minucioso de lo cotidiano, ‘re-representado’ a través de pinturas que toman como modelo fotografías de la realidad, da lugar a obras que apabullan por su perfección técnica y provocan extrañeza por su ‘deshumanización’. El gusto por el reflejo (en carrocerías, cristales, espejos) y las perspectivas tan ‘en HD’ que no existen (ni para el ojo ni para el objetivo) completan a grandes rasgos una corriente que seduce al espectador pero que suele ser señalada por su, supuesta o no, carencia de densidad intelectual.

Por si los caramelos de Robert Bernardi, los coches de Don Eddy o las cabinas telefónicas de Richard Estes en el Thyssen le han sabido a poco, le proponemos otras tres citas con obras en las que lo pictórico y lo fotográfico se confunden y que pondrán a prueba su percepción.

Álbum del Madrid urbano. Si los maestros americanos de este movimiento, nacido a finales de los sesenta y bautizado como ‘fotorrealismo’ por el coleccionista Louis K. Meisel, se recrean en el imaginario ‘made in USA’, la muestra ‘Hiperrealismo Urbano’ hace lo propio con el Madrid contemporáneo. “Me interesa todo lo que sucede en una urbe cosmopolita y global, su desarrollo socioeconómico y cultural, y en especial, los medios de transporte”, explica el artista, José Miguel Palacio, unas obsesiones palpables en las 29 pinturas expuestas. Entre ellas, instantáneas a base de pincelada (y miles de fotografías previas de preparación) de la T4 de Barajas, la Gran Vía ‘atrapada’ en las lunas de un autobús de la EMT, o el AVE descansando en la Estación de Atocha. Galería Ansonera (Alcalá, 52) hasta el 25 de mayo.

El camino inverso. De Madrid a Málaga, de retratos urbanos a íntimos y de pintura que se hace pasar por fotografía a lo contrario. En el Museo del Puerto cuelgan las trece fotografías que conforman ‘Inner Condition’, una serie de desnudos del fotógrafo Nadav Kander que se ‘travisten’ de lienzos por sus colores, texturas, su luz y su composición.

Además, nacen como herederas de un debate pictórico de largo recorrido sobre la representación del cuerpo: la belleza clásica, idealizada, de artistas como Miguel Ángel frente al realismo de las lavanderas de Rembrandt, las prostitutas de la artista contemporánea Marlene Dumas o las personas corrientes e imperfectas de su coetánea, Jenny Saville. “Siempre quise fotografiar desnudos que provocaran algo más que una reacción básica ante una figura desnuda”, escribe el autor. El espectador se siente expuesto, casi como el modelo, a instantes de descarnada intimidad.

Kander se hizo un hueco en la escena artística al ganar el premio Prix Pictet ‘Earth’ en 2009 por una serie sobre los cambios paisajísticos y sociales que están sucediendo a orillas del río Yangtzé, en China, y algunos de sus trabajos cuelgan en la National Portrait Gallery y en el Victoria and Albert Museum de Londres. Además, puede presumir de haber retratado a Obama para la portada de The New York Times Magazine. Museo del Puerto (Palmeral de las Sorpresas, muelle 2, Málaga). 

 

De la nitidez a la pincelada. El hiperrealismo y el impresionismo no solo comparten edificio (ambos con muestras en el Thyssen, la consagrada al primer estilo hasta el 9 de junio, la del segundo hasta el 12 de mayo), sino que también se encuentran, en cierto modo, en el medio centenar de obras que Paula Varona presenta bajo el nombre de ‘Madrípolis’ en el centro Casa de Vacas.

Como ella misma explica: “De cerca, se ven las pinceladas, es una sensación casi abstracta. Según te vas alejando, comienza a ser una imagen muy real y al final, piensas que puede ser una fotografía”. Sus cuadros son postales de un Madrid monumental (“el que más me gusta porque es el más genuino”) más brillante, más limpio, más luminoso que el de verdad, con una paleta de color en la que el blanco, el gris y los tonos pastel se llevan todo el protagonismo. Casa de Vacas (Paseo Colombia 1, Madrid). Del 1 al 29 de mayo.

Enlace: http://www.metropoli.com/arte/2013/04/29/517967b6684341d6420001c7.html

Laura Caso

EL PAIS. Madrid hiperreal

Jose Miguel Palacio

26 de Abril de 2013

 

Pero, esto… ¿es una foto o es un cuadro? Es la pregunta que probablemente mucha gente se haga al ver las pinturas de José Miguel Palacio. Ahí los tienen: los trenes de alta velocidad en Atocha, los coches atascados en la Gran Vía, los aviones en la Terminal 4, los escaparates del centro, las luces de neón, la pura vida madrileña captada con total exactitud en sus lienzos, que se exponen en la galería Ansorena (Alcalá, 52) hasta el 1 de junio. Da la impresión de que uno podría entrar en el cuadro y tomar, por ejemplo, un autobús urbano.

Se trata del hiperrealismo: después de la invención de la fotografía, los artistas modernos, de los impresionistas en adelante, comenzaron a alejarse cada vez más de la representación fiel de la realidad y comenzaron a meterse en los vericuetos de la abstracción y los conceptos. Pero resulta que, ya en la década de los sesenta, llegan los fotorrealistas o hiperrealistas, que no solo vuelven a reflejar la realidad tal y como es, sino que toman como modelo una fotografía.

Pero, ¿qué sentido tiene crear una imagen que ya puede crear una cámara fotográfica? “Efectivamente, la fotografía es lo que mejor reproduce la escena que tiene delante”, explica Palacio (Zaragoza, 1950), “lo que pasa es que nuestra obra a una cierta distancia es totalmente fotográfica, pero cuando te acercas se convierte en una pintura. Ves perfectamente la pincelada. Ahí se aprecia nuestro trabajo, y es lo bueno que tiene, porque si no se apreciase ese matiz, lo que tendríamos es una mera fotografía”.

Aunque la realidad es cada vez más difusa, anda Madrid muy hiperrealista últimamente: también se puede ver por estas fechas en el museo Thyssen una retrospectiva del género, 

 

Hiperrealismo 1967-2012, donde, como en la obra de Palacio, lo que predomina son los motivos urbanos y populares. “Lo que hacemos es plasmar lo que estamos viviendo”, cuenta el pintor. “Ha habido momentos en los que se han pintado granjas o batallas navales, porque en esos momentos se estaban viviendo esas historias. Ahora mismo lo que se está viviendo es lo urbano y a mí me parece muy bien que seamos un referente del tiempo que hemos vivido para la posteridad. Somos reporteros de este tiempo”. Y qué mejor para datar una imagen que los carteles publicitarios o los automóviles, que son frecuentes en los cuadros de Palacio. “Las matrículas, los anuncios, los carteles son reales, y pueden posicionar temporalmente una escena con un margen de error de unos cinco a diez años”.

Escaparates de la Gran Vía

Llama mucho la atención la precisión con la que se reproducen los reflejos, uno de los efectos favoritos de pintor: escaparates o lunas de autobuses en los que se reflejan las calles de la ciudad, el jugueteo de la luz. “En realidad el reflejo siempre está, no hacemos más que plasmarlo. Cuando miras una fotografía no te fijas en el reflejo, porque se da por hecho. Pero aquí te llama la atención porque lo hemos pintado con precisión”. Cuando Palacio camina por la ciudad y ve una escena que le interesa o le emociona toma nota de las coordenadas espacio temporales y vuelve otro día a la misma hora (para tener la misma luz) a tomar varias fotografías, que le servirán como modelo. “Nos hace falta una educación para mirar lo que pasa por la calle”, dice, “nosotros tendemos a percibir más que otra gente, cuando miramos vemos muchas cosas que para otros pasan desapercibidas. Eso es porque las buscamos”.

¿Pintaría otras ciudades? “Pinto Madrid porque me proporciona unas escenas que busco y que me interesan. Soy aragonés, y he pintado Zaragoza unas cuantas veces, pero no me proporciona este bullicio, el atropello de gente y coches, esta vida tan agitada que llevamos aquí. Mi relación con la ciudad es un poco de amor-odio. Claro que pintaría Hong Kong o Nueva York… pero, por ejemplo, Barcelona tiene una idiosincrasia muy marcada que no me ofrece este mogollón que es Madrid”. Cuando dejen la exposición, y regresen al “mogollón” del Madrid real, tengan cuidado de no salir, en vez de por la puerta de la galería, por uno de los dos grandes cuadros que, a la entrada, reproducen la Gran Vía como si estuviera viva.

Enlace: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/04/26/madrid/1367003119_668488.html

SERGIO C. FANJUL

IBERARTE. El `Altaria´ emprende su viaje

Jose Miguel Palacio

16 de Mayo de 2011

 

La Fundación de los Ferrocarriles Españoles y el artista zaragozano José Miguel Palacio, firman un convenio en el que Palacio, cede a la institución su obra `Altaria entrando en la Estación Puerta de Atocha´ durante un período de cinco años. Dicha obra, un óleo sobre lienzo de 195 x 130 cm. ya presidio la exposición “El Ferrocarril en el Arte, Grabados y Pinturas del siglo XIX al XXI”, que se celebro en abril del 2008 en el Museo del Ferrocarril.

Jaime Barreiro Gil, director gerente de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, y el artista zaragozano, José Miguel Palacio, han firmado en la sede de la fundación, situada en el Palacio de Fernán Núñez, un convenio de colaboración, con el objetivo de que la obra `Altaria, entrando en la Estación Puerta de Atocha´, pueda ser exhibida por un plazo de cinco años en la sede de la fundación. Con ello se pretende estimular el interés y la investigación sobre la historia pasada y reciente, de una de nuestras industrias más importantes en nuestro país y, al mismo tiempo, la influencia que la Fundación de los Ferrocarriles Españoles ha tenido en la creación de arte, poniendo de esta forma y al servicio de la ciudad sus fondos documentales.

El acuerdo en común de ambas partes sirve para contribuir y aumentar el conocimiento, y sensibilidad en los campos de nuestra historia y la del ferrocarril, ahondando en la trascendencia e impacto que ha podido tener en la población y núcleos urbanos, hasta llegar a la alta velocidad, así como indagar en los avances y conocimientos de nuestros investigadores e ingenieros en este tipo de transporte hasta nuestros días.

Es una atractiva forma de reforzar la difusión y el valor patrimonial de nuestras colecciones histórico-artísticas en la escena nacional e internacional. El convenio, de una vigencia de cinco años, esperamos que pueda ser el principio de una colaboración que genere exposiciones, publicaciones, seminarios y talleres, para el público interesado en la evolución de este medio, en el que España es uno de los países más avanzados y lleno de posibilidades.

Sobre la Fundación de los Ferrocarriles Españoles:

La Fundación de los Ferrocarriles Españoles, tiene encomendada la recuperación, custodia y difusión del patrimonio histórico, cultural, científico y tecnológico ferroviario. Fue constituida el 20 de febrero de 1985 por la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles (RENFE) –actualmente desdoblada en Renfe Operadora y el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF)- y los Ferrocarriles de Vía Estrecha (FEVE). Desde 2002 es una fundación del Sector Publico Estatal. Cuyo patronato esta compuesto además de los tres citados anteriormente, por EuskoTren, Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya, Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana, Serveis Ferroviaris de Mallorca, Metro de Madrid, Transports Metropolitans de Barcelona, Euskal Trenbide Sarea, Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía, INECO, TIFSA , Asociación de Acción Ferroviaria, Asociación Española de Fabricantes Exportadores de Material, Equipos y Servicios Ferroviarios, Asociación de Empresas Constructoras de Ámbito Nacional

El Palacio de Fernán Núñez es uno de los edificios decimonónicos más valiosos y que mejor se conservan en pleno centro de Madrid, junto al vértice sur del triángulo formado por el Museo del Prado, el Museo Thyssen y el Centro de Arte Reina Sofía.

Sobre José Miguel Palacio

José Miguel Palacio, nacido en Zaragoza en 1950, artista plástico hiperrealista, desarrolla su actividad en el campo de la pintura, fotografía y escultura. Numerosos cuadros y monumentos en espacios públicos e instituciones avalan su obra, participando y estando presente en gran número de exposiciones.

Su pintura da muestras de un gran dominio y oficio. En ella le gusta reflejar escenas cotidianas de Madrid, sus intereses hablan de actualidad y movimiento.

Además de su profundo amor por la pintura Palacio, también tiene un especial interés en el estudio y conocimiento de la historia y evolución de este nuestro/su país, en sus gentes, sus tierras, pueblos y sus infraestructuras y entre estas últimas, en el gran impacto social y de crecimiento económico que supuso la ruptura de barreras y espacios con el nacimiento, expansión y esplendor del ferrocarril. Todo ello reflejado en su proyecto “Alta Velocidad, la metamorfosis de un país”.

Por todo esto, cada una de sus obras es el resultado de un profundo estudio del instante y el detalle, para plasmar ese transcurso de tiempo donde el latido de la ciudad queda atrapado en sus calles, el tráfico, gente de distintas etnias, la expresión de un conductor de autobús, o el caer de una hoja, reflejada en los cristales de la urbe.

Enlace: 
http://www.iberarte.com/index.php/artes-plasticas/pintura/5733-el-altariaa-emprende-su-viaje

 

REVISTA ALUMNI de la UNIV. ESIC.

“La finalidad del artista es la creación”

Jose Miguel Palacio

1 de Septiembre de 2009

 

– ¿Cómo entró en contacto con el mundo del arte?

– Con el mundo del arte entré en contacto hace muchos años, y a estas alturas, lo veo como si siempre hubiera estado en él. Siento una enorme necesidad creativa y no entiendo mi vida separada del arte.

– Se le considera un claro exponente del hiperrealismo. Sin embargo, ¿cómo definiría su obra?

– Si bien es obvio que mi trabajo, dadas sus características, se encuadra en el más escrupuloso hiperrealismo, también me gusta definirlo como una pintura urbana y comprometida con el momento actual. Desde luego no pretendo producir en el espectador sólo la sensación placentera de ver algo imitado con una extrema exactitud. En mi obra busco escenas que sirvan de testimonio de las maneras de obrar y desarrollarse de cualquier sociedad. Y más concretamente de la que me ha tocado vivir.

– Dibujo, pintura, escultura y, por supuesto, fotografía. ¿Qué le impulsa a moverse en disciplinas tan diferentes? ¿Con cuál de ellas se siente más cómodo?

– Reconozco que soy un artista inquieto, necesito utilizar e investigar en todas las disciplinas posibles dentro de las artes plásticas. Y referente a la segunda parte de su pregunta, evidentemente en la que me siento más cómodo es en la pintura, aunque el dibujo es mi pasión. El dibujo me permite la creación en mi composición de la imagen básica, así como el manejo de la forma, es la cimentación. La pintura me proporciona el espectro de la propia obra y sobre todo la luz.

– Madrid es una de las grandes protagonistas de sus obras, presentada como si la viera por primera vez. ¿Qué tiene para que le resulte tan atrayente?

– Es una ciudad con una singular personalidad, pero también con unas escenas y personajes que tienen una similitud con cualquier otra gran ciudad del mundo. Sus escenas denotan la idiosincrasia de una metrópolis global y me permiten dar a mi obra un compromiso con la temporalidad en la manifestación artística. Por otro lado, Madrid, cada vez más, es una ciudad carente de tipismo, que ha sido fagocitado por su sociedad poliétnica y polisocial, lo cual procura esas escenas tan urbanas y cosmopolitas, que en definitiva es lo que busco.

– Una de sus características es el manejo de la perspectiva. ¿Cómo la trabaja?

– Evidentemente mediante una línea de horizonte y unos puntos de fuga, aunque en mi trabajo hecho mano de un proceso reticular, pues dado que la característica más importante del hiperrealismo es la deformación de la imagen como lo haría un objetivo fotográfico, la perspectiva sola no es suficiente para conseguir el efecto deseado, incluso la mano alzada es importante. Como decía Miguel Ángel: “El ojo tiene tanta práctica que, a simple vista, sin más ángulos o distancias, es capaz de guiar la mano para que representemos lo que ve… pero no de otra manera que situándolo en perspectiva”.

– ¿Cómo afronta el proceso creativo de sus obras?

– En cuanto al proceso en sí, ya he comentado anteriormente los caminos por los que discurro. De la elección de la escena le puedo comentar que sigo un estricto estudio de la misma, recopilando un buen número de documentación, y que después de un arduo proceso selectivo me planteo la forma de atacar en el lienzo.

– Ha recibido diferentes premios y reconocimientos. ¿Qué le suponen? ¿Cuál es el que más valora?

– En realidad lo que más valoro es poderme enfrentar todos los días con mi obra. Los reconocimientos son fruto de los años de profesión y yo ya llevo alguno.

– En un momento de crisis como el actual, ¿cómo se sobrevive en el mundo del arte? ¿El mecenazgo, público o privado, es importante o gana fuerza la independencia del artista?

– Yo creo en la independencia más que nada. Mire la crisis de la que ahora tanto se habla, es una situación perenne en el artista no sólo por el aspecto económico.

En estos momentos que corren, es bueno sopesar si la comodidad y opulencia en la que nos hicieron creer es mejor que la disciplina, autocrítica y capacidad de sacrificio que poseemos los artistas.

Creo que esta crisis era necesaria y que de ella saldremos fortalecidos.

– Las exposiciones suponen un “examen” en directo con el público. ¿Qué siente ante sus reacciones?

– Tengo que agradecer las gratificantes manifestaciones que sobre mi obra recibo por parte del público. Considero que es el juicio más sincero y cierto que puede recibir un artista.

– Las nuevas tecnologías tienen una clara presencia en sus obras: utiliza habitualmente cámara digital, y ha reflejado el proceso creativo de uno de sus cuadros en su propio blog. ¿En qué medida están influyendo en la evolución del arte actual?

– Evidentemente soy de los que piensan que el fin no justifica los medios, pero también es cierto, y así lo considero, que la finalidad del artista es la creación. Hoy en día tenemos una variedad de nuevas tecnologías que nos ayudan en el proceso de nuestras obras.

 Evitándonos, algunas veces, largos y complicados pasos. En estos momentos son necesarias y de agradecer su existencia.

– Tras varias décadas dedicado al mundo del arte, ¿cómo cree que ha evolucionado en nuestro país?

– Antes pensaba que una persona, por el mero hecho de mantener un pincel en la mano, merecía un respeto. Hoy, tras muchos años de profesión, creo que el arte merece un gran respeto por parte de todos.

 

-Considero que existe una gran falta de profesionalidad, no sólo en los que se consideran “artistas” sin serlo, sino también en todo lo que rodea al mundo del arte. Los criterios están impuestos bajo intereses tremendamente subjetivos, económicos y partidistas, carentes de conocimientos sobre algo tan bello, difícil, y sobre todo respetable, como es el arte. Es preciso destruir el saco del “todo vale”.

– ¿Qué les diría a todos aquéllos que están comenzando en el mundo del arte?

– Si tengo que hablarles de mi experiencia, a pesar de la dureza de esta profesión, si regresase a mis tiempos de juventud, volvería a tomar el mismo camino. Debe tomarse como un empeño de fondo, cuya recompensa llega una vez andado un gran trecho. Así que se olviden de las glorias y se pongan a trabajar con honestidad y criterio. Tienen la responsabilidad de ser los artistas del mañana.

 

CADENA SER.

El hiperrealismo de José Miguel Palacio, ¿pintura o fotografía?

Jose Miguel Palacio,26 de Mayo de 2009

Hasta el próximo 23 de agosto, la sala B del Centro de Artes Tomás y Valiente acoge la exposición “Más allá de la realidad urbana”, del pintor José Miguel Palacio. Una muestra que supone todo un reto: convencernos a nosotros mismos de que no estamos ante fotografías, sino ante pinturas.

Instantáneas al óleo. Así podríamos definir el arte del zaragozano José Miguel Palacio. “Más allá de la realidad urbana” es el título de la exposición que hasta el 23 de agosto llena de hiperrealismo el Centro de Artes fuenlabreño Tomás y Valiente.

Es una mirada a las ciudades desde otra perspectiva, huyendo de los convencionalismos. Este artista afincado en Torrelodones nos propone, según Carlos Delgado, habitar un territorio sin pretender una réplica del mismo. Aunque, recorriendo los pasillos de la sala de exposiciones, tenemos asegurada al menos la duda. Porque no estaremos seguros si las imágenes que contemplamos son fotografías o pinturas.

Lo más curioso es que los trabajos de Palacio evolucionaron partiendo del surrealismo. Su amor por el detalle, cada obra supone unas 700 horas, provocó su desembarco en el hiperrealismo.

Además de esta ”Más allá de la realidad urbana”, el Centro de Artes Tomás y Valiente de Fuenlabrada acoge hasta el 10 de junio las exposiciones “Emergente” del Colectivo de Artistas del Sur, “Sueños” de Clara Graziolino y “Campos de color” de Irma Álvarez- Laviada.

Enlace: http://www.sermadridsur.com/noticias/el-hiperrealismo-de-jose-miguel-palacio-pintura-o-fotografia_3366/